viernes, 23 de abril de 2010

LA CRIMINALISTICA FRENTE A LA ETICA Y MORAL

LA CRIMINALISTICA FRENTE A LA ETICA Y MORAL

Escribe: Abog.Pedro L.Ramos Miranda

Sabemos que la criminalística es una ciencia, que antes se encontraba entre las ciencias auxiliares del Derecho Pena, así lo encontraremos si miramos el interior de los tratados de Derecho Penal, empero últimamente ha mejorado su concepción de parte de los expertos que practican diariamente la criminalística y lo han ubicado entre las ciencias del saber humano. Es ciencia porque tiene métodos (científico, experimental) procedimientos (administrativos, operativos, especiales) y principios (hechos, análisis de evidencia, procedimiento pericial).

El tratadista Juventino Montiel Sosa sobre la Criminalítica señala:”Es una ciencia penal auxiliar, que mediante la aplicación de sus conocimientos metodología y tecnología, al estudio de las evidencias materiales, destruye y unifica científicamente un hecho presuntamente delictuosos y al o a los presuntos autores, apartando las pruebas a los organismos que procuran y administran justicia”. En diferentes tratados especializados encontraremos una variedad de definiciones, empero es importante señalar una reciente definición acertada y completa de parte del doctor Pablo A. Rodríguez Regalado y propone: “Ciencia mediante la cual se procede al examen de indicios o evidencia de diverso origen y naturaleza, por parte de expertos forenses, con el objeto de plasmar la información obtenido en un pronunciamiento pericial que sirva de ilustración para un proceso judicial, administrativo o de índole particular”.

El problema está en la conducta de las personas o profesionales(operadores) que dominan una de las artes de la criminalística, por ejemplo la grafotecnia y los que dominan se llaman los grafotécnicos, que si estos últimos tienen una buena preparación y si tienen actualizados sus conocimientos con los avances de la tecnología, es decir si utilizan sus instrumentos ya mejorados, o todavía utilizan esas lupas que venden en las calles los trabajadores informales(ambulantes) a tres a cuatro dólares. Así mismo debemos tener en cuenta si los expertos en criminalística actúan con imparcialidad, independencia, idoneidad, etc., lo contrario diríamos, estos expertos no tienen ética y moral, si esto es así, el sistema de justicia no tendría confianza (poder judicial, Ministerio Público, Policía Nacional, abogados defensores) incluso la comunidad entera no tendría confianza en estos profesionales.

Si el experto en criminalistica emite su dictamen pericial de acuerdo a los honorarios profesionales, será bien reconocido, empero si su labor va dirigido por la parte que le ha pagado más sobre lo normal, o es un ebrio habitual, entonces estamos frente a un inmoral.

Analizando lo señalado, entonces, diremos cuales serían las posibles soluciones a estos problemas ya señalados, en primer lugar, en el Perú, no existe un centro de educación superior, como son las Universidades, donde deben ser formados estos expertos en criminalistica y después que haya egresado, deberían seguir actualizado con los últimos conocimientos, en segundo lugar, estas mismas universidades que han preparado deberían controlarlos dando un seguimiento a cada uno de sus expertos, si están trabajando dentro de las normas legales y morales, o es que tienen procesos penales por el delito de falsedad, para inmediatamente inhabilitarlos para que no sigan cometiendo faltas o delitos , en tercer lugar, los Colegios Profesionales como el Colegio de Abogados, Colegio de Contadores, etc, deberían inculcarles sobre temas de ética y moral, por lo menos tres veces al año en forma obligatoria.

No podemos aceptar que un perito en crimalística emita su dictamen conforme a la voluntad de la autoridad, o que el perito emita su dictamen apuntando quien le pagó más dólares o soles, esto demostraría que el perito que no está actuando con imparcialidad, con independencia. Tampoco podemos aceptar que un perito en criminalistica se asiduo del alcohol o es drogadicto, estaríamos frente a locos morales como señalaba el padre de la criminología César Lombroso en su teoría tríptica, otros tratadistas entre ellos los psiquiatras señalan que estarían dentro del cuadro de psicopatías.

No podemos esperar una justicia justa, si no cambiamos su filosofía a los expertos en criminalistica, por ejemplo si se le imputa falsamente a una persona X que ha falsificado un documento, y se le encomienda a un perito o peritos para que determinen si la persona X es la persona que ha falsificado aquel documento, el perito honesto concluirá en su dictamen que la persona X no es la persona que falsificó el documento, empero el perito deshonesto señalará que el autor de la falsificación es la persona X el autor de la falsificación del documento, sabiendo que no lo era. En gran parte del gobierno de Fujimori, se ha utilizado a los expertos de criminalistica, para que se les comprenda a los inocentes que habían utilizado armas de fuego y que habían matado a alguna persona o personas, que con el dictamen pericial de absorción atómica que señalaba supuestamente que le habían encontrado en su cuerpo, sabiendo que esa persona no había manipulado o disparado con el arma de fuego, es que le involucraban en actos de terrorismo, para que esa persona se vaya a la cárcel por varios años. Entonces estamos frente al problema de la honestidad. El perito honesto si trabaja para el Estado no aceptará pagos indebidos, o el perito particular no cobrará en exceso sus honorarios.

Nuestra sugerencia final, que para la aplicación cabal del nuevo Código Procesal Penal, sería bueno que el Ministerio Público implemente laboratorios de criminalística en la capital de cada Distrito Judicial, además en la capital de provincia que tiene mayor carga procesal, para evitar la críticas a la cadena de custodia de la muestra que se envía, ahorrando tiempo y gastos, entonces conseguiríamos la eficiencia.

El perito o experto de criminalística “propone y el Juez dispone”como señaló el prologuista de Libro Jean Gayet “Manual de la Policía Científica” –J.Baurret profesor de la Facultad de Medicina de Lyon, Director del Laboratorio de la Policía Científica de Lyon, pág.10, editado en España, 2da.Edición 1965.